Este año se cumple el setenta aniversario del voto femenino en nuestro país. En las elecciones del 11 de noviembre de 1951, no sólo concurrieron a las urnas por primera vez más de 3.500.000 mujeres sino que además ocuparon casi el 30% de las bancas del Congreso Nacional. La historia de luchas, organización, militancias y debates en torno de la sanción y aplicación de la ley del sufragio femenino da cuenta de las dificultades, que aún hoy persisten, para la construcción de una sociedad con plena igualdad de derechos y oportunidades entre géneros.
Desde el Programa de Cultura de la SEU lxs invitamos a celebrar durante todo este año el aniversario de aquel día histórico en que las mujeres votaron en nuestro país por primera vez. Queremos compartir con la comunidad una propuesta interdisciplinaria y participativa que incluye convocatorias, proyecciones, exposiciones, charlas y talleres para encontrarnos a repensar, reivindicar y celebrar este hito en la historia de las luchas en la construcción de una sociedad más justa. Esta semana lanzamos las convocatorias Imaginerías de una lucha para artistas visuales y Voces y votos para escritores.
La demanda por el derecho al voto femenino comenzó en los primeros años del siglo XX, encabezada por mujeres letradas, es decir con cierta educación provenientes de clases medias o altas. El Partido Socialista, dentro del que cabe destacar la figura de la militante feminista Alicia Moreau, fue el primero en incluir la ley en su plataforma. Pero el reclamo se extendió a otros sectores no ligados a la política partidaria, especialmente encabezado por las primeras egresadas de carreras universitarias. Surgieron agrupaciones como el Partido Feminista Nacional impulsado por Julieta Lanteri o la experiencia multipartidaria de la Asociación Pro Derechos de la Mujer presidida por Elvira Rawson de Dellepiane. Si bien había desacuerdos con respecto a ley, debido a que algunas consideraban que el acceso al voto debía realizarse en etapas, para la década de 1920 las feministas reclamaban el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. En el año 1932 la ley se debatió y fue aprobada en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación pero la Cámara de Senadores, con amplia mayoría conservadora, nunca la trató. Durante los años siguientes se presentó en diferentes ocasiones pero los legisladores la rechazaron sistemáticamente. El sufragio femenino fue finalmente conquistado el 23 de septiembre de 1947 durante la presidencia de Juan D. Perón. Para comprender la dimensión que tomó en este contexto la sanción de la ley, es central la figura de Evita como una de sus impulsoras pero sobre todo como generadora de espacios para la inclusión de las mujeres, y sobre todo las mujeres trabajadoras y de clases populares, en la escena política de nuestro país.